pinar de pino carrasco

Distribución
Es la especie de pino de mayor distribución en el región mediterránea. Sus pinares más extensos e importantes se presentan en el norte de África, principalmente en Argelia, y en la Península Ibérica. En España se extiende por la mitad este peninsular por todo el litoral mediterráneo, las sierras interiores y las islas Baleares. Es la especie más utilizada en la repoblación forestal española y también ha sido objeto de importantes repoblaciones en los somontanos, donde escasean las masas naturales, y pie de montes del prepirineo y sierras interiores del Pirineo. En Huesca sus mayores latitudes septentrionales las alcanza en la comarca del Sobrarbe en los ambientes más abrigados pero sus manifestaciones más genuinas las encontramos entorno a la Depresión del Ebro donde es la especie que coloniza los ambientes más áridos de la provincia.

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Ecología
Se trata de la conífera autóctona española de carácter más termófilo colonizando las laderas bajas sujetas a fuerte erosión y correspondiente a ambientes muy secos. Coloniza y prospera en sustratos margosos en ambientes cálidos donde difícilmente prosperarían especies esclerófilas como la encina. Es una especie de luz que prospera en terrenos abierto y que no resiste las heladas intensas y persistentes. Coloniza los lugares más abrigados del prepirineo y piedemonte de las Sierras Exteriores extendiéndose principalmente por los somontanos y la comarca de los Monegros entre los 80 y los 860 metros de altitud.
Es uno de los árboles más resistentes a la sequía, prosperando en localizaciones con precipitación anual con apenas 250 mm anuales. Se trata de una especie indiferente con respecto al substrato aunque prefiere los calizos, aguantando bien los yedos y los suelos raquíticos. Se propaga por semillas, cuya germinación y la propia apertura de las piñas se ve favorecida por el fuego. Presenta un crecimiento rápido en estaciones medias y es una especie poco longeva.

Formación arbórea
Llega a conformar grandes masas boscosas, como en la cara norte de las Sierras Monegrinas, alcanzando en las mejores estaciones una notable densidad. Aunque criticadas sus repoblaciones en determinados suelos y situaciones se corresponden con la única opción arbórea posible, por las características extremas del clima, para detener la erosión y mejorar el paisaje en muchos parajes semiáridos de nuestra provincia. Encontramos masas especialmente densas y bien desarrolladas en terrenos con moderadas pendientes y en orientaciones de umbría mientras en solanas muy secas o substratos muy pobres encontramos ejemplares de talla subarbustiva y masas muy abiertas.
La capacidad de crecimiento de esta especie en suelos pobres y desnudos, así como su resistencia a condiciones de escasa disponibilidad hídrica y de contrastes térmicos, la convierten en una especie muy adecuada para ser utilizada como colonizadora y generadora de una cubierta arbórea en regiones secas y con problemas de erosión.
Alrededor del pino carrasco aparecen numerosas especies vegetales de matorral y herbáceas que prosperan bajo su relativamente poco densa copa. Bajo la protección de su dosel arbóreo pueden prosperar con mayor facilidad las encinas, que son consideradas como especies de semi-sombra, durante sus primeras edades en la mitad sur de nuestra provincia.