el aprovechamiento maderero

Idea principal
Los montes del término municipal de Seira han sido tradicionalmente objeto de aprovechamiento forestal. En este sentido en estos montes se colocó el último sistema de desembosque de madera con cable del Pirineo aragonés. Aún se pueden ver en muchos de estos montes pirenaicos restos de cables utilizados antaño para la extracción de grandes volúmenes de madera del monte sin necesidad de la apertura de las costosas e impactantes trochas y pistas forestales.

Palabras clave
Rematante, desembosque, binomio monte-industria, cable aéreo, skkider, motosierra, apeo, desrame, subasta, autocargador, navata, etc.

Resumen
La madera es el recurso más antiguo usado por el hombre como fuente de energía y como material de construcción. La madera es un recurso natural que suma a su calidez, belleza y cualidades tecnológicas el hecho de ser renovable y ambientalmente muy interesante. Por ello su aprovechamiento se sumerge en los albores de la historia de la humanidad. A continuación se va a explicar ordenadamente los pasos que se dan habitualmente en nuestros montes para realizar el aprovechamiento de madera.
El sistema tradicional de enajenación y compra de la madera al propietario forestal se ha realizado históricamente gracias a la participación del rematante o maderista que compra la madera al propietario. El rematante posteriormente cortaba directamente o subcontratando a otras empresas la madera en el monte, la clasificaba (dependiendo de las características de la materia prima y la existencia de una industria que demandará y pagara adecuadamente los distintas dimensiones, calibres y calidades que convenientemente agrupadas se podían diferenciar y preparara a partir de los maderos cortados) y finalmente distribuye los diferentes productos entre las industrias de primera transformación más próximas.
El sistema más habitual de venta de madera de montes públicos es la subasta en donde se otorga el aprovechamiento a la empresa que ofrezca las mejores condiciones económicas. La subasta puede ser a riesgo y ventura donde se hace una estimación de la madera y el rematante paga por la madera estimada independientemente de que el resultado final no se ajuste a ésta. La otra posibilidad es a “liquidación final” en el que el pago se ajusta a lo realmente extraído abonando al precio unitario establecido en la subasta.

Las fases principales del aprovechamiento forestal propiamente dicho son:

  • Las operaciones de preparación que comprenden: el marcaje y delimitación de las áreas de extracción, el diseño y apertura o mejora de los viales, los trabajos previos de desbroce, etc.
  • El apeo, desrame y preparación de la madera en el punto de corte.
  • El desembosque o traslado de la madera desde el punto de apeo hasta un punto de carga para los medios de transporte de carretera que generalmente corresponde con una pista principal del monte.
  • El transporte final desde el punto accesible con camión hasta el parque de aprovisionamiento de las distintas industrias de puesta en valor de los recursos madereros.

El apeo y elaboración (que comprende el desramado, tronzado y apilado) se hace actualmente de manera manual con motosierra o de forma mecanizada principalmente con el auxilio de cortadoras-apiladoras, que solo cortan, o cosechadoras que son capaces tanto de cortar como de procesar la madera (desramar, tronzar y apilar). El apeo mecanizado exige unas condiciones favorables de movilidad del terreno por lo que en muchos casos está justificado un apeo manual y una elaboración mecanizada en pista.
El desembosque se realizó históricamente en Aragón con el auxilio de mulas o caballos, e incluso bueyes, a los que se les enganchaba la carga para transportarlas por pistas temporales, denominadas trochas, que tenían cierta pendiente. Ahora la intervención de caballerías para el desembosque se limita a actuaciones de corta de maderas de moderadas dimensiones efectuadas generalmente en áreas sensibles. Actualmente es más común que se haga el desembosque con el auxilio del tractor de arrastre o skidder, tractor forestal por antonomasia, que puede aproximarse a los maderas y enganchar a un cable la madera para arrastrarla semisuspendida, si el terreno no es muy pendiente. Si la pendiente es importante entonces se deberá extender el cable hasta el arbolado con el skidder situado en la pista para poder arrastrar la madera, generalmente hacia arriba, hasta la pista donde se apilará. Otra posibilidad de transporte en el caso de madera previamente apilada en el monte es el recurso al tractor autocargador provisto de una grúa y un remolque en zonas de moderada pendiente se aproximará hasta los montones de madera para cargar la madera y sacarla hasta un vial accesible para camión.
Para nuestras áreas de montaña históricamente se ha utilizado el cable aéreo y hoy es una alternativa muy interesante a considerar para limitar los daños ambientales y paisajísticos que infringen los viales forestales. La modalidad más usada de cable en áreas de montaña de los Alpes es el cable de desembosque que es una infraestructura móvil, que funcionaría como un telearrastre, que permite descender la madera suspendida de la zona de corta a un punto inferior accesible por pista. Para ir extrayendo la madera de distintas áreas del monte es necesario ir montando y desmontando en distintas posiciones la línea de cable para lo que lo idóneo es disponer de una pista superior por la que irse desplazando con el camión en donde se monta la parte superior del cable.
Para el desembosque de la madera tradicionalmente también se ha utilizado: el deslizamiento de la madera por el terreno en zonas abruptas ( cuando no importaba que la madera pudiera sufrir golpes y mermas), el transporte por flotación y arrastre en cursos de agua donde encontramos un sistema tradicional de gran espectacularidad como son las navatas, el uso de canales artificiales de plástico duro por donde descendían maderos de pequeñas dimensiones hasta las pistas del valle. En relación a las navatas se están recuperando, a raíz del éxito de las celebradas desde hace unos 30 años en Ainsa, su puesta en escena en muchos valles altoaragoneses para rememorar esta interesante labor tradicional de nuestros valles pirenaicos.

Algunas ideas para saber más

  • La estructura fundamentalmente minifundista del sector empresarial de los aprovechamientos forestales tiene como consecuencia una falta de planificación y control, una escasa mecanización de las empresas y una falta de profesionalidad y estabilidad en las plantillas.
  • Para la viabilidad de la gestión forestal es crucial la existencia de un binomio entre la industria y el monte que permita que el propietario obtenga unos ingresos, que como mínimo cubran los costes de explotación y las actuaciones de cuidado y conservación del monte y sus infraestructuras, y que por otro lado permitan el suministro sostenido de materia prima de las industrias. En este sentido es necesario que el selvicultor conozca las necesidades de la industria y que está se especialice en transformaciones que le saquen el máximo de utilidad a los recursos madereros locales.
  • En el trabajo medio con una motosierra se emplea aproximadamente un 16% en el apeo, un 56 % en el desrame, un 5% en el tronzado y un 21% en el movimiento de la madera.
  • El rendimiento medio para una misma explotación de las labores de apeo, desramado y apilado con motosierra son en torno a una sexta parte de lo obtenido con una cosechadora forestal.
  • Los restos de corta de menor tamaño como ramillas, hojas o cortezas tienen una alta inflamabilidad pero se degradan rápidamente pudiendo incorporarse al suelo teniendo el interés de almacenar la mayor parte de los nutrientes y no presentar riesgo frente a plagas.
  • Los restos de corta intermedios como ramas delgadas y raberones presentan un mayor peligro frente a incendios pues tardan más en incorporarse al suelo como humus permaneciendo secos en el sotobosque. No presentan un riesgo estimable frente a plagas.
  • Los restos de mayor tamaño, más de 7 centímetros, provocan un importante incremento del riesgo de incendios, tienen gran dificultad para incorporarse al suelo y pueden tener un efecto potencial importante sobre el riesgo de plagas. Por ello en los condicionantes de los aprovechamientos se obliga al desmenuzamiento del mismo in situ para acelerar su incorporación al suelo y actualmente también se puede optar por su recogida para su posterior valorización energética para aprovechamiento biomásico.
  • Para el trabajo en el monte se han adaptado los tractores a estas condiciones accidentadas con el diseño de varias soluciones como: altura del chasis elevada para superar los obstáculos que va de los 40 a los 65 centímetros, tener ruedas de gran diámetro de hasta 1,5 metros, diferentes protectores de cabina y contrapeso delantero, eje delantero y/o trasero oscilante, la incorporación de una cabestrante de arrastre y una pala frontal que utiliza como freno de estacionamiento, etc.
  • Tradicionalmente se cortaba para la producción de madera y leña en las lunas menguantes entre San Miguel (el 29 de septiembre) y el día de la Anunciación (25 de marzo).