planes de ordenación forestal

Idea principal
Los planes de ordenación forestal son documentos técnicos que recogen un análisis y estudio de un monte o grupo de montes y una propuesta de gestión que debe garantizar la sostenibilidad de los aprovechamientos, la preservación y mejora de sus masas y el desarrollo local de sus propietarios apoyados en los recursos naturales de sus montes. Los objetivos de la gestión a proponer son la persistencia de las masas forestales, la generación de unas rentas sostenidas en el tiempo y la obtención del máximo rendimiento de bienes y servicios hacia la sociedad. La ordenación debe ordenar la selvicultura a practicar en los montes y determinar cómo y dónde actuar en base a un profundo estudio del medio físico, natural y socioeconómico del monte.

Palabras clave
Ordenación de montes, gestión forestal sostenible, PORF, planes dasocráticos, inventario forestal, Plan General, Plan Especial.

Resumen
Se considera la gestión forestal sostenible a la administración y uso de los montes de manera que garanticen el mantenimiento de: su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración, vitalidad y su potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes, a distintas escalas territoriales. La gestión ordenada de los montes y el aprovechamiento de sus recursos es la mejor garantía para la conservación y renovación de los bosques.

En relación al diferente ámbito territorial de estudio se diferencian en Aragón los siguientes documentos de planificación a desarrollar:

  • Planes Básicos de Gestión Forestal que son aplicables para montes de superficie inferior a las 250 hectáreas o a 400 hectáreas si tienen su origen en repoblaciones forestales.
  • Proyectos de ordenación de Montes que son aplicables al resto de montes.
  • Plan de Ordenación de los Recursos Forestales, PORF, que tiene un ámbito territorial comarcal.

La planificación forestal se ha fijado como objetivos esenciales de gestión y obligado cumplimiento los siguientes (Madrigal, 1994):

  • La condición de persistencia del capital natural, alcanzando su “estabilidad” a largo plazo lo que supone la perpetuación de las masas arboladas iniciales.
  • La condición de rendimiento sostenido del conjunto de utilidades que proporcionan los montes, lo que supone la previsión de rentas provenientes de bienes directos (generan dinero por su venta) e indirectos (objeto de disfrute) que se mantengan de forma más o menos constantes en el tiempo.
  • El máximo rendimiento, que en teoría exige la optimización de las diferentes utilidades de los montes, lo que constituye un uso multifuncional.
  • A ello hay que añadir hoy en día el principio de participación, en la que los actores territoriales intervienen en el proceso de consecución de un proyecto común y cooperativo.

Los planes de gestión tienen en general una misma estructura general que comprende dos grandes partes por un lado el inventario y por otra la planificación. Dentro del inventario se recoge información relativa al estado legal, natural, socioeconómico y forestal del monte. La planificación recoge la determinación de los objetivos de gestión que se concretan en el desarrollo de un plan a largo plazo (plan general) y de un plan ejecutivo generalmente para los 10 ó 15 años próximos (plan especial).
El PORF, Plan de Ordenación de recursos forestales, se configura como un instrumento de planificación forestal de ámbito comarcal (Plan de Planes) que agrupa territorios forestales relativamente extensos con características geográficas, socioeconómicas, ecológicas, culturales o paisajísticas relativamente homogéneas, de extensión comarcal o equivalente. Los objetivos de estos estudios es poner en valor los recursos forestales comarcales garantizando su permanencia en el tiempo. El ámbito de actuación permite una planificación forestal estratégica para: la valorización y desarrollo de industrias de transformación a nivel comarcal,la defensa contra incendios, integrar en lo posible la participación social, constituir el marco técnico de referencia e investigación silvícola en ese territorio natural, etc.

Algunas ideas para saber más

  • Actualmente solamente el 2,7% de la superficie gestionada por el Departamento de Agricultura y Medio Ambiente cuenta con instrumento de gestión en vigor, siendo prácticamente inexistente en los montes de titularidad privada.
  • La Ley de Montes de Aragón, especifica que la gestión técnica de los montes se llevará a cabo mediante los instrumentos de gestión forestal, esto es, proyectos de ordenación de montes y los planes dasocráticos o planes técnicos de gestión, y, en su ausencia, será de aplicación las directrices recogidas en el correspondiente plan de ordenación de los recursos forestales.
  • Esta misma ley establece que “todos los montes catalogados y protectores deberán contar con proyectos de ordenación, planes dasocráticos o planes técnicos de gestión”. Y así mismo da un plazo máximo de diciembre del 2018 para dotarse de este documento.
  • La Ley básica de montes permite que la pequeña propiedad en el ámbito del PORF, se acoja a regímenes simplificados de intervención administrativa (notificación en lugar de autorización) para los aprovechamientos forestales (artículo 37). De la misma forma la Ley condiciona para el futuro la concesión de subvenciones al desarrollo de planes de gestión, siendo suficiente el PORF.
  • Si bien existe conocimiento de documentos de preordenación anteriores (inventarios, memorias de reconocimiento o descriptivas, planos de rodales, etc) no fue hasta el año 1882 que se aprobó el primer proyecto de ordenación de montes en España y que correspondió al monte público “El Quintanar” de Ávila. Ese mismo año también se redacto el proyecto de ordenación de las Reales Matas de Valsaín (Segovia).
  • La gestión forestal sostenida siguiendo los Planes dasocráticos se ha erigido como un instrumento que ha conseguido incrementar el valor y existencias de muchos de nuestros mejores montes peninsulares. Por ejemplo en el “Pinar de Navafría”, cuyo proyecto de ordenación original data de 1895 y la última revisión es del año 2008, tras más de 110 años de gestión se ha conseguido un aceptable escalonamiento de edades y una evolución muy favorable de distintas variables como las existencias que prácticamente se han duplicado pasando de 250.000 a 500.000 metros cúbicos. En ese periodo y con un aprovechamiento sostenido del monte se ha conseguido también triplicar la posibilidad anual del monte desde los 4.200 a los 13.500 metros cúbicos, estabilizándose la cuantía del aprovechamiento en este último valor en los últimos 40 años pero viendo mejorar la calidad de las extracciones en ese mismo periodo.
  • Un monte no está técnicamente ordenado hasta que no se cubre completamente el turno de corta establecido para sus especies principales que puede ser para nuestras masas naturales de entre 80 y 140 años. Por lo general el valor menor es propio de bosques productores donde las buenas condiciones de la estación permiten acortar los turnos y los valores mayores corresponden a especies de crecimiento lento y montes de fuerte carácter protector.