los bosques prepirenaicos

En el Prepirineo oscense confluyen los dominios mediterráneo y submediterráneo junto a la presencia de enclaves con presencia de estirpes de distribución eurosiberiana. En estas sierras se extrema el contraste entre la vegetación forestal que caracteriza las vertientes norte y sur del Macizo. En las caras norte vegetan densos pinares de silvestre acompañados de manchas discontinuas y dispersas de haya, de otras frondosas y en muy puntuales casos de abeto. En la cara sur la vegetación forestal es típicamente mediterránea con un nivel acentuado de continentalidad con presencia de encinares, robledales marcescentes y pinares de laricio principalmente.

Esta rica e interesante variedad de ambientes, encontrándonos con multitud de mezclas de especies de estos dominios a poca distancia, encuentra en el Macizo de Guara su máximo exponente Prepirenaico de diversidad y riqueza florística lo que justificó su declaración como Parque Natural. Dentro de este espacio protegido encontramos la práctica totalidad de bosques presentes en el Prepirineo y con representaciones naturales en muy buen estado de conservación. A continuación se van a describir las principales formaciones forestales presentes entorno a la Sierra de Guara y que permiten hacernos una idea de la variedad y distribución de los más característicos bosques que pueblan el Prepirineo.

Así encontramos de norte a sur del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara las siguientes masas arboladas que caracterizan los distintos ambientes forestales. En la cara norte de las Sierras de Aineto y Belarra encontramos, en el mejor de los casos, un denso pinar jacetano que tiene cierta semejanza con el “pinar musgoso” pero donde la mayor pobreza de los substratos junto a una menor publiosidad lo convierte en un pinar submediterráneo donde al pino le acompaña generalmente el roble marcescentes (Quercus cerrioides),que llega a formar masas puras, junto con otras frondosas submediterráneas como arces, servales, enebros, encinas, etc. En las cotas inferiores se ha repoblado con pino laricio (Pinus nigra) sobretodo en terrenos margosos y antiguas áreas aterrazadas.

En las solaneras laderas de la depresión Bara-Belsue dominan de forma natural, donde el suelo lo permite, los caxigares secos (Quercus cerrioides y Q faginea). En estos ambientes algo secos y sobre laderas intensamente pastoreadas y sometidas a erosión nos encontramos amplias laderas cubiertas de masas naturales y repobladas de pino silvestre (Pinus sylvestris) algo abiertos y de mediocre calidad. Los pinares resisten mejor la sequedad de estos ambientes y la pobreza de los substratos.

En las umbrías de esta depresión se extienden densos pinares de silvestre (Pinus sylvestris) con una importante tendencia atlántica y que en las estaciones con mejores suelos se llegan a encuadrar como auténticos pinares musgosos o etapas seriales de los bosques caducifolios atlánticos dominados por el haya. En el fondo de los barrancos más frescos encontramos masas mixtas o puras de haya acompañadas por otras frondosas como abedules, fresnos, tilos, arces, etc. Entre la vegetación de la cara norte de la Sierra de Guara destaca la presencia de una masa mixta de abeto (Abies alba) y pino silvestre (Pinus sylvestris) en las proximidades de las casetas de Fenales. Constituye la masa natural de abeto situado más al sur de Europa y se conserva con un gran vigor dentro del espacio protegido. En la parte superior de la cara norte de Guara encontramos manchas de pinar de pino negro que constituyen las manifestaciones más meridionales de esta especie a nivel provincial. Estas manchas caracterizan la estampa más conocida de la cara norte de Guara.

En la cara sur del macizo si ascendemos desde los somontanos nos encontramos en primer lugar el encinar denso que se corresponde con la vegetación climácica de estos ambientes sobre terrenos de ladera. Esta formación se ve substituida en amplias áreas correspondientes a las laderas más erosionadas y sobre substratos más pobres por densas sardas de coscoja y romero. Las masas de caducifolios con Fresnos (Fraxinus angustifolia), arces (Acer sp), Servales (Sorbus sp). etc se restringen a los fondos de los barrancos más húmedos. Las masas de robledal marcescente (Quercus faginea) prosperan en las laderas con más suelo al pie de la Sierra. Estas masas naturales se han visto enriquecidas en muchas ubicaciones con la incorporación de repoblaciones de pino laricio (Pinus nigra), en las cotas más bajas, y pino silvestre (Pinus sylvestris) en las superiores. Ascendiendo por esta cara sur los encinares y robledales se ven substituidos a mayores cotas y en laderas más protegidas por masas naturales de pino silvestre (Pinus sylvestris).

Entre los bosques naturales más espectaculares del Prepirineo Oscense, considerados por expertos naturalistas, destacan: La Sierra de San Juan de la Peña y la Peña Oroel ubicadas ambas dentro de la depresión intrapirenaica, La cara norte de la Sierra de Santo Domingo, La Sierra de Loarre, el hayedo de Peiró, La Sierra de Bonés, Sierra de Gabardiella, Valle de Nocito, Los Fenales, Monte de la Ronera, Cuenca inferior del río Calcón, Cañón del río Balcez, Cañones del río Alcanadre, Caxigares de Lecina, Sierra de Mongay, Monesma y Cajigar, Visalibons, etc.