encina

Quercus ilex ssp. rotundifolia Linneo

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Presentación de la especie
Su denominación como especie procede del latinismo ilex-ilicis, nombre con el que los romanos conocían este árbol tan común en el arco mediterráneo y, que a partir de illicina, ha evolucionado a las denominaciones actuales, de alzina o alsina en catalán y encina en castellano.
Estos son algunos de los otros nombres utilizados en la Península Ibérica para referirse a la encina: Carrasca (Alto Aragón). Alcina o Alsina (Cataluña). Enciño (Galicia). Artea (País Vasco). Encino, Carrasco (Castilla y León).
Como curiosidad, hay una importante diversidad morfológica entre unos individuos y otros, resultando como consecuencia una descripción de muchas variedades de encinas. Como criterio actual, se considera la existencia de una sola especie con dos subespecies: subsp. ilex (dominio del clima eurosiberiano) y subsp. ballota o subsp. rotundifolia) (dominio del clima mediterráneo).

Características principales
Se trata de un arbol siempre verde, compacto, con una forma que varía mucho, desde formas irregulares, arbustivas o rastreras hasta pies regulares y esbeltos que en Huesca alcanzan como máximo alturas de  entre 10 y 15 metros . Estas formas están muy influenciadas por la acción antrópica que ha hecho un uso intensivo de estas masas. En general son árboles de pie corto, con una corteza relativamente delgada, de copa redondeada y densa y que presenta una ramificación abundante y fuerte.
Presenta hojas simples, alternas, persistentes, duras, con una adaptación a medios secos presentando cutículas gruesas para evitar la pérdida de agua durante épocas secas. Presenta una clara diferencia entre un haz verde oscuro, glabrescente y liso, y un envés verde pálido, al final grisáceo, por el tomento corto y denso que le protege de la evaporación.
Es una especie monoica, que presenta flores masculinas y femeninas en el mismo pie y que florece entre abril y mayo. Su fruto, la bellota, madura en otoño.

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Usos y curiosidades
En zonas adehesadas, la bellota se utiliza como recurso ganadero, por ejemplo, con la cría del cerdo ibérico, principalmente en Andalucía y Extremadura. En estos bosques, los pies aclarados con ciertos cuidados permitían, prácticamente, garantizar una buena cosecha todos los años. Se llegan a producir entre 700 y 800 kg de bellotas por hectárea en buenos encinares.
Presenta una madera muy dura y que difícilmente se pudre, por lo que se ha utilizado, y en algunos casos se utiliza, en la construcción de piezas de carros, herramientas manuales, arados, etc., así como en la edificación, donde se  utilizan como pilares, vigas e incluso para construcciones hidráulicas, molinos, acequias, etc.
Es una madera muy buena como leña y para hacer carbón vegetal. Es la especie históricamente más empleada para el carboneo, que con sus aprovechamientos como montes bajos ha mantenido estas masas con portes arbustivos o subarbustivos. Su corteza era muy demandada para curtiente. Sus follajes, densos y perennes, han sido utilizados para romoneo del pastoreo de cabras.
El valor protector y para la biodiversidad de la encina es considerable por ser una especie creadora de suelos, cobertura natural de amplias extensiones y refugio y aportador neto de recursos tróficos de las especies de fauna típicas del bosque mediterráneo.