Distribución
Se trata de un endemismo del suroeste europeo que encontramos de forma natural muy extendido en los Pirineos con presencia en el Sistema ibérico y en el área central y occidental de los Alpes, teniendo como límite meridional de representación natural en España las Sierras de Gúdar (Teruel) y Cebollera (Soria y La Rioja). Sus mejores masas se encuentran en las provincias de Lérida, Huesca y Gerona. Se ha usado ocasionalmente para repoblaciones forestales en el Macizo Central español y en otras zonas. En nuestra provincia lo encontramos en el piso montano superior y subalpino de todo nuestro Pirineo, siendo más abundante en la mitad más oriental, y también en las mayores latitudes de la cara norte del Prepirineo, especialmente en la cara norte de la Sierra de Guara.
Ecología
Se trata de una especie orófila que alcanza la mayor altitud en la Península Ibérica, colonizando todo tipo de terrenos, incluso los canchales y grietas de la rocas, tanto ácidos como básicos. Soporta muy bien los fríos intensos y prolongados. Requiere un suelo algo húmedo o un clima provisto de precipitaciones estivales espaciadas pues el pino que precisa más humedad no aguantando prolongadas sequías.
Los pinares negros constituyen el piso superior de vegetación arbolada tanto en orientaciones norteñas como solaneras encontrándonos las mejores masas entres los 1.500 y los 2.450 metros de altitud. En los Pirineos contactan en el piso inferior con pinares de silvestre, hayedos y abetales con los que llega a formar masas mixtas. En el piso superior, suelen dar paso a un matorral subalpino con la misma composición florística de su sotobosque. En muchas de sus potenciales terrenos del piso subalpino se ha visto substituido durante siglos por el pasto alpino mantenido por los ganados que ascendían a los puertos. El descenso de la carga ganadera de estos puertos está permitiendo la recolonización de los medios más pendientes y pobres por este tipo de bosque.
Formación arbórea
Estos bosques pueden constituir masas cerradas en los medios subalpinos con razonables condiciones de suelo pero con frecuencia las masas existentes cubren laderas inestables, abruptas y con suelos pobres donde el bosque toma un aspecto abierto. Forma en muchos casos masas dispersas y discontinuas o incluso se presenta como arbolado disperso estando muy condicionado su disposición por fenómenos periglariares, afloramientos rocosos y los canales de aludes de nieve principalmente. Bajo el arbolado discontinuo se suele desarrollar un manto arbustivo que en el caso de los suelos ácidos están caracterizados por la presencia del rododendro (Rhododendron ferrugineum) y los arándanos (Vaccinium myrtillus) o por la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) y el enebro (Juniperus communis susp. Alpina) en las zonas más secas y calcáreas.